QUEVEDIANO
«…Y en incendios de nieve hermosa y fría,
adora primaveras mi delirio».
FRANCISCO DE QUEVEDO
No hay juglar que cante vuestros ojos
Ni trova que describa vuestra falda,
No nace pintor para la guirnalda
Que adorna vuestros rayos pelirrojos.
No crecen en vuestra alma sino abrojos
Que dejan amarga marca en mi espalda;
Y al fin sois la helada luz esmeralda
Que me ciega a vuestros pies de hinojos.
Ante vos mata amor y muere olvido,
Desde vos partió el dardo que no ha errado,
Solo a vos debo el sueño que he perdido.
Con vos llevo las cuentas del credo,
Sin vos miro a la parca de grado,
Por vos calla mi voz y habla Quevedo.
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